Un niño de nuevo
Así me sentí mientras disfrutaba de cada gesto, de cada traje, de cada expresión, de cada “Totem”. Tratando de ponerme en el lugar del artista que llenaba el escenario no consigo imaginar la cantidad de tiempo y esfuerzo que requieren para poder realizar cada uno de esos movimientos que a nosotros nos iluminan y que ellos, como luz que brilla en el espacio, nos envían para calentar y reconfortar nuestra alma. Quizás los efectos especiales de las películas pueden hacer que la gente crea lo que está viendo, aunque esté diseñado por ordenador, pero la realidad de lo que pudimos disfrutar se encuentra a galaxias de lo que una máquina puede lograr.