Emotivo y espectacular concierto el ofrecido por nuestros amigos de El Pacto en el Paraninfo de la Universidad de Alicante. La expectación creada durante los meses anteriores en los que este grupo alicantino había estado recorriendo media España se vió totalmente recompensada en uno de los mejores conciertos que se recuerdan ofrecidos en nuestra ciudad por esta banda con enorme proyección y futuro.
Más de ochocientas personas se dieron cita en un recinto más habituado a espectáculos tranquilos que a golpes de batería, rasgueos de guitarra y melodías con tintes rockeros. La cola minutos antes del inicio salía hasta las afueras del edificio y cientos de seguidores aguardaban impacientes el acceso al local donde por fin iban a poder disfrutar de sus ídolos tras muchos meses esperándolos con ansia. Cuando llegó el momento de apagar las luces, el ambiente que se respiraba era ya de fiesta y El Pacto no defraudó. Anabel rompió el aire de la sala con su preciosa voz, acompañada por sus fieles compañeros: Rubén a la guitarra, Roberto al bajo, Carlos a la batería y Pablo en los teclados. Dieciocho canciones de su repertorio (todas las incluidas en su disco "Hoy es un Buen Día" y alguna más) fueron desfilando ante los aplausos incondicionales del público del Paraninfo. No faltaron las sorpresas durante la actuación, como la canción que interpretaron acompañados de un coro de niños y niñas que subieron al escenario para disfrutar con ellos y la canción interpretada junto a los ganadores del concierto "Súbete al escenario" (Alex, de Km.0 y Marina, de Arenae, que por cierto, tienen unas voces con mucha, mucha fuerza y un gran futuro...). Y no se acabaron ahí las sorpresas. Aún quedaba por llegar el que fue, en nuestra opinión, el momento más divertido de la noche: de repente se hizo la oscuridad y cuando volvió a ilumnarse el escenario, los componentes de El Pacto se habían intercambiado los papeles. El batería tocando el bajo, la solista a la batería, el guitarrista cantando, el bajista en los teclados y el teclista a la guitarra... El mundo al revés. Como podéis ver, sentido del humor tampoco les falta a estos magos del escenario.
El público coreaba todas las canciones y Anabel quiso subir el listón, que para eso estaban en casa. No solo consiguió que el público hiciera los coros, sino que les hizo cantar una canción entera para llevársela en un video durante su gira de promoción. Y la gente respondió a la perfección. Es impresionante ver a ochocientas personas cantando una canción punto por punto, coma por coma hasta llegar al final. Al acabar la actuación, la cantante del grupo tuvo que reconocer que la noche había sido verdaderamente mágica y que estaba siendo el mejor momento de sus vidas. Y para nosotros.
La hora y media larga de concierto pasó en un suspiro y tras los habituales bises vino la despedida. Pero no se retiraron a los camerinos y escaparon por la puerta de atrás como hacen otros para huir de sus fans (gracias a los cuales están donde están, todo sea dicho de paso). No. Una vez más demostraron su grandeza esperando a sus seguidores en la zona de venta de merchandising donde estuvieron más de una hora atendiendo a todo aquel que se acercaba para que le firmaran hasta en los objetos y sitios más inverosímiles, haciéndose fotos, repartiendo abrazos y besos, sin perder su sonrisa a pesar del cansancio. Gracias por ofrecernos tan buenos ratos y por hacernos formar parte de esta aventura que no ha hecho más que empezar. Ayer sí que fue un buen día.
Os dejamos unas cuantas fotos que, a pesar de no hacer justicia a lo vivido en el Paraninfo, sirven de testigo mudo al comienzo de algo muy, muy grande. Esperamos que os gusten.