Por primera vez hemos asistido a la procesión de Santa Cruz desde la propia salida de la ermita. Verdaderamente impresiona ver a los cientos de costaleros (y costaleras, que las mujeres llevan su propio paso) portando tallas con pesos que oscilan entre los 1.000 y los 3.000 kilos a hombros. Y aún más impresionante es verles prácticamente arrastrando el paso a ras de suelo para evitar que toque en la puerta de salida de la ermita, con caras de sufrimiento y evidente dolor en las lumbares. Incluso los niños tuvieron su "mini paso", en un intento muy bien llevado de transmitir a los más jóvenes la tradición de la Santa Cruz.
Os dejamos con unas fotos que, a pesar de no hacer justicia a lo vivido durante la salida de la ermita, dan fe del sufrimiento de estos valientes. Esperamos que os gusten.