Una velada mágica en el I Festival Solidario por el Nepal de TDHF
Onça Preta, Oscar Casañas, Ismael Moya, Maranya y, cómo no, El Pacto. Estos son los nombres de los grupos que aportaron su arte de manera desinteresada para la celebración del I Festival Solidario organizado por la Fundación para la Ayuda Directa en Nepal (TDHF, www.tdhf.es) en la Casa de Cultura de Campello.
Tras una fantástica actuación al aire libre a cargo del grupo de capoeira Onça Preta el público asistente pasó al interior de la sala de cultura para disfrutar de los conciertos que se iban a suceder. El hilo conductor de la velada era, evidentemente, la situación de pobreza que viven los nepalíes. Imágenes de las gentes de Nepal y su forma de vida cotidiana se sucedían de forma ininterrumpida proyectadas en una pantalla en el lateral de la sala mientras los organizadores nos iban presentando pinceladas del día a día en Nepal y de las experiencias de sus viajes solidarios. Verdaderamente emotivo escuchar de sus labios los relatos de las dramáticas situaciones que allí viven y en cambio la generosidad que te ofrecen cuando llegas a su país.
El primero en actuar en el escenario fue Oscar Casañas, con innegable arte y fuerza en su interpretación. Acompañado por el cajón y la guitarra desgranó varios temas de su repertorio para abrir la velada. Tras él, Ismael Moya, con su fiel compañera (su guitarra) demostró que este festival tiene el compromiso de artistas de la más alta calidad y con un corazón de oro. Entre actuación y actuación aparecían voluntarios de la organización narrando desde lo más profundo de sus corazones la evidencia de la suerte que tenemos los que nacemos y vivimos en el "primer mundo" y cómo esta casualidad nos marca la vida en contraposición con las miserias padecidas por gente como los nepalíes, que viven sin medios, sin poder adquisitivo, sin seguridad social...
El siguiente grupo en actuar fue Maranya, un peculiar y simpático grupo formado exclusivamente por mujeres que entusiasmó al público con su fuerza y sus canciones vivas y de ritmos alegres. Los toques de violín, la flauta travesera, la batería, el bajo y la guitarra mezcladas con la preciosa voz de Elena generaron un ambiente verdaderamente mágico que preparaba a la gente para el plato fuerte de la noche, la actuación de El Pacto.
La formación alicantina liderada por Anabel y con el resto de sus chicos a bordo (Carlos a la batería, Rubén a la guitarra, Roberto al bajo y Pablo en los teclados) ya tiene ganada la partida de antemano cada vez que aparece en un escenario en nuestra provincia (y en media España). El público conoce a la perfección sus canciones, las corea, las canta, las tararea y hasta las baila en un éxtasis musical que puso el colofón perfecto a una gran velada.
Ya fuera del auditorio nos encontramos con la sorpresa de los puestos solidarios, donde se podían adquirir multitud de productos cuyos beneficios, una vez más, conseguirán mejorar la calidad de vida de un buen número de nepalíes. No solo la organización aportó productos para la venta. Esta vez El Pacto también montó su tradicional punto de venta de merchandising pero en esta ocasión los beneficios se unían a los conseguidos por el resto de puestos solidarios. Bonito detalle de nuestros amigos que, al igual que el resto de grupos participantes y organizadores, demostraron que saben devolver al mundo parte de aquello que les ha sido otorgado de manera fortuita por el mero hecho de haber nacido en un pais rico. ¡¡Enhorabuena a todos!!
Esperamos con ansia la siguiente edición del festival solidario, pero mientras tanto os traemos las fotos de la velada esperando que sean de vuestro agrado.