Los Habitantes de la Casa Deshabitada: Una comedia para olvidar
La tarde prometía: una comedia con Pepe Viyuela de protagonista, con una adaptación de Enrique Jardiel y bajo la dirección de Ignacio García...
Al llegar al Teatro Principal, la sensación ya fue un tanto fria. A diferencia de otras ocasiones, esta vez había huecos entre el público. Mala señal. "La crisis", pensamos en ese momento, "que nos afecta a todos..."
De repente, estamos dentro, con todo a oscuras y se levanta el telón, apareciendo en escena Viyuela y su compañero coprotagonista, Juan Carlos Talavera dentro de un coche que se cae a pedazos con un fondo en forma de páramo yermo, desolado. Se sucede un diálogo que, a pesar de tener sus gags, resulta en cierta manera insulso y previsible. Mal comienza la cosa, pero ya no hay marcha atrás. A partir de aquí, la obra se torna en una sucesión de diálogos y personajes disparatados, en ocasiones exagerados (casi hasta sobreactuados), que van desfilando por el escenario intentando crear un clima de misterio alrededor de una trama que ya se puede entrever va a ser de lo más mundana.
Tras la ristra de diálogos y actuaciones anteriores, cambio de escenario. Dejamos el páramo y llegamos a la Casa Deshabitada, un escenario más elaborado, con profundidad y diversos trucos de puertas y huecos por los que los actores van tejiendo el argumento de la historia. A pesar de los esfuerzos de los diferentes actores y actrices por llevar al espectador al terreno del disparate y el absurdo, la obra se va tornando espesa con el paso de los minutos: la historia es, quizás, demasiado evidente y a la vez los personajes demasiado exagerados. El clímax de este disparate es el numerito musical con "Rascayú" de fondo. Para colmo de males, hasta el final es previsible.
En nuestra humilde opinión, Los Habitantes de la Casa Deshabitada no va a pasar a la historia del Principal por haber sido la mejor comedia que ha desfilado sobre su escenario, especialmente cuando su figura principal tiene una fama de cómico de gran talla y, en esta ocasión, le ha faltado el apoyo tanto de la historia como del resto de sus compañeros.